De los 40 a los 45: transición hacia la perimenopausia, cuando todo empieza a cambiar de nuevo
Nosotras, las mujeres, conocemos bien lo que significa vivir en constante transformación. A los 40 años, muchas sentimos que hemos alcanzado un punto de equilibrio: conocemos nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestras fortalezas. Pero entonces, sin avisar, algo comienza a cambiar. De forma sutil primero, más evidente después, nuestro cuerpo y nuestro ánimo entran en una nueva fase: la transición hacia la perimenopausia.
Esta etapa, que suele comenzar entre los 40 y los 45 años, nos confronta con nuevos desafíos. Y aunque no siempre se habla de ella, es un momento clave para cuidarnos como nunca.
¿Qué está ocurriendo en nuestro cuerpo?
La perimenopausia es la antesala de la menopausia. No se trata aún del cese definitivo de la menstruación, pero sí del inicio del declive hormonal. Los niveles de estrógenos y progesterona comienzan a fluctuar, provocando alteraciones en el ciclo menstrual y en muchos otros aspectos de nuestra salud.
Entre los cambios más comunes están:
-
Irregularidades en la menstruación: ciclos más cortos o más largos, sangrados inesperados.
-
Sofocos ocasionales o sudoraciones nocturnas.
-
Alteraciones del sueño: dificultad para conciliar o mantener un sueño profundo.
-
Cambios de humor, ansiedad o una sensación de “niebla mental”.
-
Fatiga inexplicable o mayor dificultad para recuperarnos.
-
Cambios en la piel, el cabello y la distribución del peso corporal.
-
Disminución del deseo sexual o molestias en las relaciones.
No todas experimentamos los mismos síntomas ni con la misma intensidad. Pero la gran mayoría notamos que algo se está moviendo internamente.
El impacto emocional de esta etapa
Esta transición se da en un momento de la vida en que muchas estamos en plena actividad: laboral, familiar, personal. A veces, con hijos pequeños o adolescentes, con madre y padre mayores, con carreras en su punto más alto. Y en medio de todo, sentimos que nuestra energía cambia, que no nos reconocemos del todo o que nos cuesta más sostener el ritmo.
Es importante saber que no estamos solas. Que no estamos “locas” ni somos “exageradas”. Que todo lo que sentimos tiene una explicación biológica y, lo más importante, que podemos hacer mucho para acompañar este proceso de forma amable, consciente y eficaz.
Cómo cuidarnos en la transición hacia la perimenopausia
En esta etapa, el enfoque debe ser integral. Necesitamos cuidar de nuestro cuerpo, sí, pero también de nuestras emociones, nuestro descanso y nuestra autoestima. Una buena alimentación, la práctica regular de ejercicio (especialmente de fuerza), el manejo del estrés y las revisiones médicas periódicas son fundamentales.
Además, algunos complementos nutricionales pueden marcar una diferencia significativa en cómo vivimos esta etapa. Desde Orissens Woman, estos son algunos de los más recomendados:
-
Orissens Woman Menopausia: formulado específicamente para aliviar los síntomas del climaterio como sofocos, cambios de humor, insomnio o irritabilidad. Es un gran aliado desde los primeros signos de desequilibrio hormonal.
-
Orissens Woman Vitazen Triptófano: para esos momentos en los que el ánimo decae, el estrés se intensifica o sentimos que nuestra energía emocional se apaga.
-
Orissens Sueño Forte: ideal cuando el insomnio comienza a interferir con nuestra rutina. Ayuda a recuperar un sueño regular y reparador, sin efectos sedantes durante el día.
-
Orissens Woman Íntima Balance y Orissens Woman Cistibalance Forte: nos ayudan a regular la flora vaginal y las mucosas urinarias, que pueden dar molestias a causa del comienzo del adelgazamiento de la mucosa vaginal.
-
Orissens Articulaciones Colágeno Forte y Orissens Cannabis PEA Forte: recomendados si comenzamos a sentir molestias articulares, cansancio muscular o dolor generalizado.
No estás sola. Y no es "normal" no sentirse bien
Durante años se nos dijo que “era normal” sentirse así. Que los cambios de humor, el insomnio o el dolor eran parte inevitable de ser mujer. Pero no lo son. No es normal no estar bien. No es normal vivir con malestar constante. Y hoy sabemos que hay formas de vivir esta etapa con salud, equilibrio y calidad de vida.
Hablar de la perimenopausia es también un acto de reivindicación. De visibilidad. De acompañamiento entre nosotras. Porque compartir lo que sentimos nos fortalece, nos conecta y nos ayuda a romper tabúes.
Escucharnos más, cuidarnos mejor
Los 40 no son el principio del fin, como nos han hecho creer. Son el principio de una nueva forma de vivirnos: con más sabiduría, más conciencia y más capacidad para priorizarnos.
Nosotras, las mujeres, tenemos derecho a sentirnos bien en cada etapa. A informarnos, a elegir lo que nos ayuda, a vivir esta transición como una oportunidad para reconectar con nuestro cuerpo desde un lugar más amable y realista.
Porque no se trata solo de atravesar esta etapa. Se trata de vivirla bien. De sostenernos, de apoyarnos y de saber que sí, podemos volver a sentirnos en equilibrio. Y eso empieza por escucharnos, por darnos permiso y por buscar las herramientas que nos ayuden a vivir con plenitud esta nueva transformación. Y si nos dejas, podemos ayudarte a que así sea.